lunes, 23 de mayo de 2011

De Montevideo a Ginebra, por sus derechos

Domingo 22 de mayo de 2011
 
Uruguay es modelo en la región por su regulación del trabajo doméstico remunerado. Como tal, tendrá un papel destacado en la discusión de un Convenio internacional sobre trabajo decente para las y los trabajadores  domésticos, que se dará en junio próximo en el seno de la Organización Internacional de Trabajo (OIT).
 
De la delegación de nuestro país formarán parte Susana Pereira y Graciela Espinoza, dos afiliadas al Sindicato Unico de Trabajadoras Domésticas (SUTD), que hace dos semanas convocó junto con la organización no gubernamental Cotidiano Mujer, un Encuentro Na-cional del sector, inaugurado entre otros, por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta. En esa oportunidad, se analizó la importancia de que se apruebe el convenio referido y también una recomendación orientadora de futuras normativas en la región, así como del fortalecimiento del propio sindicato durante el proceso.
 
“Hemos pasado de la clandestinidad a la legalidad. Ser invisible y no tener derechos es una forma de clandestinidad. Y pasar a la legalidad significa reconocer que una persona tiene lo que tenía que tener: derecho a ejercer su rol como ciudadana”. En el Encuentro Nacional de Trabajadoras Domésticas del Uruguay, celebrado el pasado 8 de mayo, así sintetizó el doctor Mario Pomata, asesor del Instituto Cuesta Duarte del PITCNT (Icudu), el antes y el después de la situación de quienes realizan trabajo doméstico remunerado en Uruguay, pautados por la aprobación de la Ley 18.065 en 2006, su reglamentación en 2007 y la inclusión del sector en la negociación colectiva en 2008.

Estas conquistas históricas costaron mucho. No cuentan con el beneplácito de los empleadores, que han llevado su malestar hasta la OIT y volverán a expresarlo cuando se discuta la aprobación de un convenio y una recomendación para el sector. Por eso, el movimiento sindical en general y el SUTD  en particular, se preparan para defender sus intereses en la OIT. En ese marco, el SUTD y el Icudu elaboraron un documento
donde se cuenta la historia del primero y se hacen reflexiones y propuestas sobre los proyectos por cuya aprobación se bregará. Según datos del Banco de Previsión Social recogidos  en el documento referido, en
Uruguay el trabajo doméstico representa  el 7,7% del total de ocupados y el 17,6% de las mujeres ocupadas, las que a su vez constituyen el 99.2% de los trabajadores del sector. La mayoría de estas trabajadoras (52.7%) solo cursó estudios de primaria, alcanzando secundaria incompleta el 33.2%. La mayoría tiene entre 35 y 54 años de edad, aunque las hay a partir de los 14 años y también adultas mayores.
De acuerdo a información proporcionada durante el encuentro por Adriana Lado, integrante del Departamento de Género del PIT-CNT, actualmente las trabajadoras domésticas suman alrededor de 100.000 en todo el país y por lo menos 2 de cada 3 son jefas de hogar.
Por primera vez, se está llegandoa las 60.000 cotizantes al BPS. 
 
Mas de 40 años de historia
Los intentos de organización de las trabajadoras domésticas uruguayas datan de 1963. Durante la primera etapa, que se extendió hasta 1967, hubo un grupo –en general mujeres muy jóvenes y provenientes del interior del país- que se reunían en las parroquias, siendo las más numerosas las que acudían a la parroquia del Cordón, en uno de cuyos salones el 6 de agosto de 1967 se fundó la Asociación de Empleadas de Casas
Particulares (Anecap). Desde allí se trabajó para formalizar un sindicato. Tuvieron local propio en la calle Durazno, donde se realizaban talleres artesanales y venta de lo producido para financiarse, y se constituyó un equipo pedagógico integrado por abogados, médicos, sicólogos y asistentes sociales.
 
En 1975 se formó la Asociación Laboral de Empleadas del Servicio Doméstico y Afines (Alesa). Durante la dictadura, su sede sirvió para cobijar y trabajar con las más pobres y ayudarlas a defender sus derechos. En1985 había alrededor de 2000 afiliadas. En ese marco se hizo una asamblea general para fundar el Sindicato Unico de Trabajadoras Domésticas, que se reorganizó en 2005 a convocatoria del PIT-CNT y con el apoyo del gobierno nacional. Actualmente, el SUTD tiene unas 2.000 integrantes, aunque no todas cotizan.
 
Marco jurídico nacional 
La Ley 18.065 de diciembre de 2006, limita la jornada laboral a 8 horas diarias y 44 semanales, con descanso intermedio de media hora pagada para quienes trabajan “con retiro” y de dos horas en caso de hacerlo “sin retiro”, ambos de libre disposición para trabajadoras y  trabajadores; descanso semanal de 36 horas ininterrumpidas que comprenderán necesariamente todo el día domingo, descanso nocturno mínimo de 9 horas continuas, que no podrá ser interrumpido por el empleador, así como alimentación adecuada y habitación higiénica y privada en las situaciones “sin retiro”.

Otros beneficios son la indemnización por despido desde  los 90 días corridos de iniciada la relación laboral, tanto paramensuales como jornaleros; indemnización especial en caso de despido de trabajadoras embarazadas, subsidio por desempleo, subsidio por enfermedad y cobertura de salud.
 
La edad mínima para emplearse se establece en 18 años, sin perjuicio de que el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) lo autorice a partir de los 15 cuando medien razones fundadas.
 
El 17 de diciembre de 2010 fue aprobado el segundo convenio colectivo que tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2012 y establece salarios mínimos por mes y por hora, ajustes salariales sucesivos según remuneración de base, correctivos para la última franja salarial, compensación por trabajo nocturno, obligación de pagarel salario íntegro aunque el empleadordecida no convocar atrabajar en los días acordados,conformación de una ComisiónTripartita de Salud Laboral y ratificación de los demás beneficios establecidos en el convenio anterior, aprobado el 10 de noviembre de 2008.
 
En ambas negociaciones, la parte empleadora estuvo representada por la Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios del Uruguay.

Expectativas y propuestas
Las y los trabajadores domésticos organizados sindicalmente adhieren al concepto de trabajo decente propuesto por la OIT en 1999: “trabajo productivo para hombres y mujeres que se realice en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana”.

Convencidos de que la aprobación de instrumentos internacionales colabora con la construcción de trabajo decente, se pronuncian a favor de que de la próxima Conferencia General de la OIT se salga con las dos cosas: un convenio y una recomendación. El primero requiere la ratificación de los legislativos de los países miembro, luego de lo cual en Uruguay se convierte en ley nacional, aunque la justicia demanda una norma interna que determine como aplicar el convenio. La recomendación sirve para orientar futuras normativas, sobre todo en países que todavía no cuentan con ninguna.
 
Analizados los borradores puestos a consideración por la OIT, las trabajadoras organizadas advierten que la ley uruguaya avanza más que los proyectos de convenio y recomendación, y solicitan que quede claro en ellos que la de trabajo doméstico es una relación de trabajo típica, es decir que alude a “un trabajador como cualquier otro que vende su fuerza de trabajo a cambio de una remumeración”.

Como punto trascendente del convenio celebran el establecimiento de la edad mínima para trabajar en 18 años, reclamando que no se habilite una flexibilización que la desnaturalice y proponiendo, en su caso,  limitación de jornada ycontinuidad de los estudios entrelas cotraprestaciones del empleador a menores de edad.
 
En consideración a los actuales movimientos migratorios, advierten que los contratos escritos deberán tener en cuenta el idioma de origen, para que sean realmente comprensibles. También formulan reservas respecto del pago de horas extra sin limitación de jornada, un único descanso semanal cada 7 días y pago en especie de la remuneración que corresponda, aunque no sobrepase el 10% de los ingresos totales.
 
 

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