Edición del domingo 3 de abril de 2011.
Casi al final de Marzo Mes de las Mujeres pero a tiempo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó su rendición de cuentas en materia de políticas de género de la cartera. A través de una videoconferencia que permitió interactuar desde Montevideo con varios departamentos del interior del país, el ministro Daniel Olesker informó sobre los avances en el cumplimiento de los diez compromisos asumidos el 8 de marzo de 2010, cuando recién se estaba instalando el nuevo equipo de gobierno, y enunció algunas de las propuestas para un año más. Destacan en unos y otras la atención de la salud sexual y reproductiva y el empoderamiento de las usuarias de servicios de salud.
El ministro de Salud Pública Daniel Olesker asume la voz del gobierno en general cuando explica por qué es una prioridad avanzar en el acceso y la calidad de la salud de las mujeres. Parte del objetivo central de igualdad y redistribución de la riqueza, en un marco de consolidación de derechos ciudadanos y activa participación social.
“Pensar en la salud de las mujeres como una prioridad es fundamental en este marco para el MSP, en tanto allí se manifiesta un acceso desigual a recursos y derechos y requiere por tanto de políticas orientadas a su eliminación” afirma, recordando que sobre las mujeres confluyen varias desigualdades, porque a la de género se agregan otras que la potencian, como el color de la piel, la pobreza, vivir en el medio rural, el factor generacional, etc.
No obstante, no escapa al jerarca que si bien son las mujeres las que sufren la mayor discriminación, también
a cuenta de una construcción social de género que constriñe en roles rígidos, los varones se han visto afectados en materia de salud, fundamentalmente por el mandato de “estar siempre saludables” que se traduce en descuido de sus propias afecciones, con el riesgo que ello implica para sí mismos y en muchos casos también para su entorno. La transmisión de la sífilis congénita, por cuya erradicación también el MSP está trabajando intensamente, es un ejemplo de esta última consecuencia.
Olesker recordó en primer lugar algunos avances en materia de salud de las mujeres que vienen del primer gobierno de izquierda (2005-2010), comenzando por incluirla como una de las prioridades del Sistema Nacional Integrado de Salud, reforzada por la definición de una meta asistencial específica dotada de estímulo económico a los prestadores de servicios por su cumplimiento.
También en ese quinquenio se redujo la incidencia de los embarazos no planificados, la morbimortalidad materna, la derivada de cáncer del tracto reproductivo y la incidencia del VIH-sida y otras infecciones de transmisión sexual, y se estableció la gratuidad de los exámenes de control de embarazo, así como de los de Papanicolaou y mamografía de carácter preventivo.
Asimismo, se formaron trabajadores del MSP para tomar en cuenta la variable género en materia presupuestal, una dimensión oculta hasta 2005.
AVANCES EN LOS COMPROMISOS DEL 2010
Durante el primer año del segundo gobierno de izquierda, el MSP se abocó a potenciar y garantizar la implementación efectiva de los marcos normativos con los que ya contaba el país, entre ellos la Ley 18.211 que estableció las bases del Sistema Nacional Integrado deSalud, con énfasis en la integralidad e igualdad de las prestaciones y el acceso universal a ellas, entre otros principios rectores y objetivos. Otra ley clave fue la Nro. 18.426 de Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva.
“Somos conscientes que la misma no dio una respuesta integral a algunas problemáticas como el aborto en condiciones de riesgo ni a las grandes dificultades que eso trae a las mujeres”, pero “somos al mismo tiempo"conscientes de que contiene muchos aspectos que era nuestra obligación como organismo rector de las políticas de salud garantizar”, dijo el ministro.
Efectivamente, dicha ley sufrió una especie de ostracismo luego de que los contenidos aprobados por el Poder Legislativo se vieron reducidos por el veto que el ex presidente Tabaré Vázquez interpuso sobre la parte del articulado que despenalizaba el aborto dentro de las primeras doce semanas de la gestación, y regulaba la forma de llevar a cabo esa práctica en el sistema de salud. Sin embargo, como destacó Olesker, lo que quedó vigente de esa ley no solo no es intrascendente, sino que desarrolla los contenidos de salud sexual y reproductiva, de los que es responsable el Estado uruguayo frente a toda la población del país.
Con esta conciencia, en 2010 el MSP se abocó a discutir y proyectar la reglamentación de la ley, que aprobó el Poder Ejecutivo a través de tres decretos. El primero fue el Nro. 293/10, que establece la obligación de todas las instituciones de salud de contar con servicios de salud sexual y reproductiva multidisciplinarios, los que no eliminan a los actuales profesionales en la materia sino que se constituyen en referencia para su accionar y responsables de unificar criterios, sin perjuicio de que también son accesibles a la población usuaria si es voluntad de ésta consultarlos directamente.
El segundo decreto, Nro. 383/010, reglamentó el acceso universal a métodos anticonceptivos reversibles (concretamente los orales, incluyendo la anticoncepción de emergencia, y los condones) que deben ser entregados a sus usuarias y usuarios por todas las instituciones de salud públicas (que ya lo venían haciendo) y privadas (que no lo hacían porque no estaba incluido entre las prestaciones obligatorias a su cargo). Para este tipo de anticonceptivos se reguló una tasa moderadora muy baja, de modo de no afectar la accesibilidad por razón de costos.
En enero de 2011 llegó el tercer decreto, Nro. 009/011, que introdujo la gratuidad de los métodos anticonceptivos irreversibles (ligadura de trompas y vasectomía).
Los servicios de salud sexual y reproductiva se están implementando en todo el país y la Junta Nacional de Salud cuenta con un mecanismo para su fiscalización.
El paquete de medidas para fortalecer la salud sexual y reproductiva se completó con la revitalización de la Comisión Nacional Asesora en Salud Sexual y Reproductiva del MSP que, dotada de nuevos cometidos, revisada y ampliada su integración y con la intención de potenciar ese ámbito de interacción entre el Estado y la sociedad civil, volvió a ser convocada.
Durante 2010 en su ámbito se discutió el contenido de la guía para la implementación de los servicios de salud sexual y reproductiva, debate cuyos resultados se reflejan en el texto que fue presentado también el pasado 30 de marzo, con la participación del titular de la Dirección de Planificación Estratégica en Salud (DPES), y las responsables de las áreas de Salud Sexual y Reproductiva, del Programa Nacional de Salud de la Mujer, y del Eje Género y el Mecanismo de Género del MSP, Leticia Rieppi, Inés Bausero y Cristina Grela, respectivamente.
La propia estructura del MSP se reorganizó, para reacondicionar los viejos programas verticales en un área programática (el DPES), otorgándole a esta un fuerte liderazgo en el diseño de políticas de salud desde una perspectiva integral.
Otros avances enumerados por Olesker fueron la elaboración de un Plan Nacional de Salud Rural al que se incorporó la perspectiva de género, a igual que en los programas de infancia y adolescencia.
En apoyo de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), responsable de la salud de la población carcelaria, el MSP participó de una capacitación realizada en el marco de la Mesa de Mujeres Privadasde Libertad.
En materia de violencia doméstica, durante 2010 se fortaleció la Red de equipos de referencia, que actualmente suman 60 en todo el país y que en 2011 confluirán en la preocupación con los servicios de salud sexual y reproductiva. También se incluyó la pesquisa de violencia doméstica en la meta asistencial dedicada a la salud de las mujeres. Olesker explicó que esta última medida refleja una ampliación de óptica desde la mujer como madre a la mujer como integralidad. También anunció que se está estudiando cómo facilitar la realización de Papanicolaou y mamografía en una sola jornada, paga para las trabajadoras conforme a la ley que consagra ese derecho.
El ministro concluyó la rendición de cuentas de lo avanzado en los compromisos asumidos en 2010, informando que se continúa trabajando junto al Gabinete Social en el diseño de un Sistema Nacional Integrado de Cuidados, para lo cual se cuenta con un grupo amplio con personal técnico de dentro y fuera del MSP, que este año quedó bajo la responsabilidad de la novel Dirección General del Sistema Nacional Integrado de Salud.
La salud sexual y reproductiva continúa en los primeros lugares de los planes del MSP para 2011. Las acciones previstas pasan por difundir y capacitar para la aplicación de la guía de implementación de los servicios y la conformación de una red de referentes de los mismos bajo la conducción del Area de Salud Sexual y Reproductiva del DPES. También se difundirá ampliamente la instalación de esos servicios, promoviendo su uso y accesibilidad inclusiva de la diversidad sexual.
Una preocupación prioritaria del MSP para el año en curso es difundir los derechos de los usuarios, como forma de que puedan defenderlos y reclamarlos. Sin perjuicio de las estructuras de control existentes o a crearse, el empoderamiento de la población usuaria es visto en el MSP como la mejor forma de control del cumplimiento de las obligaciones de los prestadores de servicios de salud.
Desde el eje comunicacional “La salud como derecho” se promoverá la participación ciudadana, anunció Olesker.
Otro propósito es retomar el Observatorio de Violencia Doméstica, espacio interinstitucional que no funcionó durante 2010 porque no se había pensado en recursos para eso, los que ahora se están buscando a través de organizaciones internacionales.
También se fortalecerá el recientemente creado Mecanismo de Género, que apunta a la transversalización de esa perspectiva al interior de la cartera y para cuya efectividad el ministro convocó el compromiso del funcionariado, con la convicción de que es una forma eficaz de propiciar la igualdad entre varones y mujeres a nivel laboral.
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