domingo, 17 de abril de 2011

Mónica Tarducci: “no tomó el poder, pero el feminismo produjo cambios notables”

Antropóloga y militante feminista, Mónica Tarducci ejerce la docencia y la investigación en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de San Martín, en Argentina. Es especialista en temas de género, familia y feminismo en lo académico, a la vez que forma parte de los colectivos feministas que convocan desde ya hace
varios años a los Encuentros Nacionales de Mujeres argentinas. Su reciente visita a Uruguay conjugó dos de sus grandes pasiones: la docencia y la historia del movimiento feminista, en el marco del primer Diplomado Superior que Flacso Uruguay abre sobre género en nuestro país. Sobre su historia y las perspectivas del movimiento feminista en el sur del continente, Tarducci conversó con La República de las Mujeres.


Isabel Pérez

El Diplomado Superior en Género y Políticas de Igualdad, que Mónica Tarducci inauguró en la semana del 28 de marzo al 1ro. de abril en Montevideo con el seminario “Historia y perspectivas del movimiento feminista”, es una propuesta de formación interdisciplinaria de posgrado que se realiza por primera vez en Uruguay, y es coordinado académicamente por Carmen Beramendi, encargada del Programa Género y Cultura de Flacso.
En el marco de una institucionalidad de género en el Estado uruguayo consolidada bastante recientemente, la demanda de formación académica específica en la materia se hacía cada vez más notoria, lo que se refleja en el amplio grupo -de más 30 estudiantes- que compone esta primera generación del Diplomado en Uruguay, además de en los apoyos con los que cuenta: Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Agencia Española de Cooperación Internacional para en Desarrollo (Aecid), ONU Mujeres, Agesic, UTE y Ancap.

FEMINISTA ARGENTINA EN PRIMER DIPLOMADO DE GENERO EN URUGUAY
- ¿Cuál es el motivo de tu visita al país?

- Estoy dando un curso en el Diplomado Superior en Género y Políticas de Igualdad por una invitación de Carmen Beramendi y Silvana Darré. Como yo soy fundamentalmente docente y me encanta justamente la historia del movimiento feminista en el mundo y América Latina, me convocaron para dictarlo.

-¿Cuál es tu rol en la Universidad de Buenos Aires?

- Estoy en el seminario de antropología social, soy orientadora de tesis, con orientación en género. Es un seminario que guía a los y las estudiantes a que presenten un proyecto de tesis. A la vez estoy en la Universidad de San Martín y dirijo allí los posgrados en estudios de familia.

- Y además tenés una larga trayectoria de activismo feminista…

- Sí, de muchos años. Después de la dictadura me empecé a vincular al feminismo. He estado en varios grupos. Actualmente colaboro con la Campaña Nacional por el aborto legal, seguro y gratuito, desde un grupo que formamos con alumnas y egresadas jóvenes de antropología que se autoconvocaron con el nombre de Colectiva de Antropólogas Feministas.

- Pero no fue enseguida que te acercaste al feminismo; has dicho que antes eras una “joven de barrio”.


- Claro. Yo soy de la generación de los 70. En ese momento queríamos cambiar el mundo y no éramos, al menos conscientemente, feministas.No éramos conscientes de la discriminación específica hacia las mujeres. Creíamos que en un mundo socialista las mujeres y los hombres se iban a relacionar bien sólo por estar en ese sistema. Y también creo que hay un tema de juventud. Primero que esos temas no estaban establecidos, y además porque yo creo que antes de los 30 años es muy raro ser feminista.

- ¿Qué fue lo que hizo el click en Mónica Tarducci?

- Y mirá, no sé. Yo me acuerdo que tenía una admiración difusa por mujeres potentes, mujeres que hacían cosas que salían de la norma: Simone de Beauvoir, las periodistas que hacían reportajes en lugares de guerra. Tenía como una imagen idealizada de mujeres diferentes. Y después me reencontré con una compañerade la facultad, que hacía mucho que no veía, y me dijo: vení a escuchar mi trabajo que voy a exponer en un grupo. “¿En un grupo?”, le pregunté. “Sí, un grupo de mujeres”, me dijo. Fui, escuché su trabajo y ahí me invitaron a las jornadas de ATEM, un grupo feminista que está desde 1982. Justamente en ese año me invitaron y para mí fue un antes y un después. 

- ¿Qué recordás de ese encuentro?

- Fui a esas jornadas, donde las mujeres ya tenían hasta una actitud corporal diferente. No les importaba ser gorditas, ser flacas; estaban descalzas, relajadas, hablando de temas como la sexualidad. Además estábamos más cerca de las elecciones, se podía empezar a hablar.Y en esa primera jornada también me acuerdo siempre que apareció una muchacha que había estado presa, detenida desaparecida y contó su experiencia. Y eso para mí fue muy impactante. El feminismo conjugaba esas cosas ¿no?, lo personal y lo político.

LA REVOLUCION MAS DIFICIL DE COMPRENDER

- ¿Con qué panorama te encontraste en el curso que estás dictando en Uruguay?

- Yo estoy contentísima. Primero por la composición variada del grupo. Creo que para una feminista, y una profesora feminista, es muy interesante encontrarse con un grupo diverso, interesado, muy participativo, de Montevideo y del interior, comprometidas, muchas de ellas haciendo tareas vinculadas a la igualdad, sea desde el Estado, sea desde su lugar en un barrio, como parteras, etc. La verdad que es estupendo. 

- Y establece un nexo, muestra que continúa estando unida la historia del Río de la Plata en estos temas…

- Sabés que sí. Mi hermano tiene un chiste que no deja de ser real. Él dice: “los argentinos somos tan malos que cuando un uruguayo o uruguaya es sobresaliente en algo decimos  que es ´rioplatense´. Pero cuando es argentino, es argentino”. Yo creo que muchas de estas cuestiones comenzaron en las dos orillas. Y no nos olvidemos que las fronteras a veces nos dividen. ¿Qué podemos tener de diferente, más que la edad, vos que sos feminista y yo? Nos tienen que hermanar los ideales y no dividir las fronteras.

- ¿Qué perspectiva le ves al feminismo hacia el futuro? Al menos en este lugar del mundo…

- Yo creo que el movimiento feminista es un movimiento pequeño, disperso, lo cual puede ser una contra. Pero ha producido cambios culturales importantísimos. Con su fragmentación…no es un movimiento masivo, pero es un movimiento que ha permeado a la sociedad. El hecho de que estemos dando este curso, de que exista un suplemento como La República de las Mujeres, muestra que algo ha  llegado. Con todas las dificultades, porque es la revolución más difícil de comprender, la que toca los temas considerados “naturales”.
Es lógico que tenga muchas resistencias. Pero, como soy optimista, creo que más allá de contratiempos o desilusiones momentáneas, si uno lo mira históricamente, ha producido cambios notables. Aunque hoy muchos y muchas no se den cuenta que esos cambios se dieron porque hubo muchas que lucharon. No hay una toma del poder que pueda verse gráficamente, pero hay terrenos ganados, ese es nuestro triunfo: pequeñas parcelas de terrenos ganados.

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