El Opus Dei, una poderosa organización católica conservadora nacida en España en 1928 y acusada de derivas sectarias, se sentará en setiembre próximo en el banquillo de los acusados en Francia, en un juicio inédito en el mundo, a raíz de una demanda de una joven incorporada contra su voluntad a la Obra.
Tras nueve años de investigaciones, dos miembros del Opus Dei y de una asociación considerada cercana a la Obra - la Asociación Cultural Universitaria y Técnica (ACUT)- comparecerán ante el Tribunal Correccional de París el 22 y 23 de septiembre por “retribución contraria a la dignidad” y “trabajo encubierto”. La demanda la inició una joven, Catherine T., que en 1985 ingresó sin saberlo al Opus Dei, al entrar en una escuela del norte de Francia para seguir una formación de empleada de hotel.
A la adolescente se le asignó una “preceptora” que en realidad era una “directora de conciencia” y en 1987 la obligaron a hacer los votos de la Obra: obediencia, pobreza y castidad, según su propio relato.
Catherine T. se convirtió entonces en “numeraria auxiliar”, es decir en una encargada de tareas domésticas.
Durante 13 años la joven acumuló los contratos de trabajo en el seno de organismos o asociaciones que según su abogado, Rodolphe Bosselyt, “dependían exclusivamente del Opus Dei”. La ACUT sólo reconoce un “vínculo espiritual” con la Obra.
Catherine afirma que tuvo que limpiar, ordenar y servir todos los días desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche, sin vacaciones ni un salario digno, incluidos los fines de semana, y asegura que fuera del trabajo siempre estaba acompañada por un miembro de la Obra. Incluso cuando fue a un médico se eligió a uno del Opus, que le prescribió calmantes. Su calvario concluyó cuando a fines de enero de 2001,cuando sus padres lograron recuperarla durante el fin de semana familiar que le concedía el Opus Dei. Catherine tenía 29 años y pesaba 39 kilos. A fines de 2001, la joven presentó una demanda ante la justicia francesa. Su abogado denunció una “manipulación mental”, “condiciones de trabajo embrutecedoras” y “una situación de dependencia económica”.
Por su parte, el abogado de la ACUT, Thierry Laugier “rechaza” tales acusaciones y afirma que “no hay nada de eso en el expediente” y que la joven “era remunerada conforme a su trabajo”.
En un comunicado, el Opus Dei precisa que no está “implicado en los cargos retenidos” y que “no tiene nada que reprocharse”.
Recuerda también que para la jueza de instrucción que examinó el expediente no fue de recibo el “abuso de debilidad” y que “los elementos destinados a demostrar las supuestas derivas sectarias no tienen fundamento”. “No hay nada de nada en este caso”, insistió el abogado de la ACUT, Thierry Laugier. El Opus Dei fue fundado en 1928 en Madrid por José María Escrivá de Balaguer, declarado santo en 2002 por el difunto papa Juan Pablo II. La Obra, con varios ministros durante el mandato del ex presidente del Gobierno español José María Aznar (1996-2004), tiene unos 80.000 miembros en todo el mundo, principalmente en América Latina. En Francia cuenta con 1.600 fieles y unos treinta sacerdotes.
En Italia, Gran Bretaña, Alemania y, por supuesto, España tiene parroquias a su cargo.
A la adolescente se le asignó una “preceptora” que en realidad era una “directora de conciencia” y en 1987 la obligaron a hacer los votos de la Obra: obediencia, pobreza y castidad, según su propio relato.
Catherine T. se convirtió entonces en “numeraria auxiliar”, es decir en una encargada de tareas domésticas.
Durante 13 años la joven acumuló los contratos de trabajo en el seno de organismos o asociaciones que según su abogado, Rodolphe Bosselyt, “dependían exclusivamente del Opus Dei”. La ACUT sólo reconoce un “vínculo espiritual” con la Obra.
Catherine afirma que tuvo que limpiar, ordenar y servir todos los días desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche, sin vacaciones ni un salario digno, incluidos los fines de semana, y asegura que fuera del trabajo siempre estaba acompañada por un miembro de la Obra. Incluso cuando fue a un médico se eligió a uno del Opus, que le prescribió calmantes. Su calvario concluyó cuando a fines de enero de 2001,cuando sus padres lograron recuperarla durante el fin de semana familiar que le concedía el Opus Dei. Catherine tenía 29 años y pesaba 39 kilos. A fines de 2001, la joven presentó una demanda ante la justicia francesa. Su abogado denunció una “manipulación mental”, “condiciones de trabajo embrutecedoras” y “una situación de dependencia económica”.
Por su parte, el abogado de la ACUT, Thierry Laugier “rechaza” tales acusaciones y afirma que “no hay nada de eso en el expediente” y que la joven “era remunerada conforme a su trabajo”.
En un comunicado, el Opus Dei precisa que no está “implicado en los cargos retenidos” y que “no tiene nada que reprocharse”.
Recuerda también que para la jueza de instrucción que examinó el expediente no fue de recibo el “abuso de debilidad” y que “los elementos destinados a demostrar las supuestas derivas sectarias no tienen fundamento”. “No hay nada de nada en este caso”, insistió el abogado de la ACUT, Thierry Laugier. El Opus Dei fue fundado en 1928 en Madrid por José María Escrivá de Balaguer, declarado santo en 2002 por el difunto papa Juan Pablo II. La Obra, con varios ministros durante el mandato del ex presidente del Gobierno español José María Aznar (1996-2004), tiene unos 80.000 miembros en todo el mundo, principalmente en América Latina. En Francia cuenta con 1.600 fieles y unos treinta sacerdotes.
En Italia, Gran Bretaña, Alemania y, por supuesto, España tiene parroquias a su cargo.
(AFP)
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